“Sí es Sí” o cómo reformar a golpe de telediario.
Resulta muy dañino para la confianza en la justicia el que al primer titular de prensa, más si se repite por doquier y se amplifica en diversos medios y en la calle, el Poder Ejecutivo salga a modificar una norma penal.
Ahora sucede así con el consentimiento, expreso y casi ante notario, que ha de otorgar la mujer antes de proceder carnalmente con el varón (y no con otra mujer, ojo).
¿Qué garantías existen de que ese consentimiento expreso exigible no se convierta posteriormente en una denuncia en clave de “bloqueo”, “miedo a la hora de prestar el mismo” u otros vicios que lo anularían?
¿Habrá que renovar el mismo, como quién renueva sus votos religiosos, a mitad del acto carnal?
¿Se exigirán testigos y padrinos como en las bodas y bautizos?
Creo sinceramente que tener que demostrar ese expreso, afirmativo y rotundo “sí es sí” disminuye las garantías procesales del hombre (varón).