Un nuevo reto para proteger a los que lo necesitan
Hoy empiezo una aventura que pretende se extienda en el tiempo.
Supone este comienzo una suerte de ilusión por el proyecto que acompaña: Los privados de libertad. Ellos y sus familias donde quiera que estén. Los grandes olvidados de una sociedad que acumula “olvidos” por doquier.
Siempre he pensado que el rechazo a quien puebla las prisiones tiene su origen en la imagen que nos devuelve su espejo. Esa imagen somos nosotros. Todos podemos recorrer ese camino. Nadie está exento.
Mis primeros años de profesión me lo demostraron. Entonces eran chicos y chicas de mi edad y también de mis calles. La heroína les condujo a perder la libertad para después perder la poca vida que ya les podría quedar. Allí tomé conciencia de que ese mundo no me sería nunca ajeno.
Por ellos, los que acompañé en su viaje hacia la nada más absoluta. A ellos les dedico esta primera entrada.